12.11.06

¿Y ahora qué hacemos?

Y fuimos todos de picnic al parque de los patos y el laguito. Allí somos felices y viajamos gratis a otro país. Como los veranos en Suecia. Los parques espirituales y perfectos. La familia alrededor de un almuerzo que sabe a domingo. Los niños al sol. Sólo falta volar un papagayo -me digo- pero entonces Daniel saca un paraguas y casi vuela con él.
Es tan fácil rondar la felicidad, saborearle sus segundos sencillos, atesorar sus gestos delicados. Daniel me persigue en una parte frondosa del parque y entramos a su juego teatral. Él es el lobo feroz. Yo soy caperucita. El juego se torna más creativo y teatral. Tomamos dos ramas y ahora somos dos lobos. Bailamos. Hablamos como lobos. Corremos por el bosque. Allá lejos está el hueco misterioso, me dice. Vamos a él y es una alcantarilla larga y profunda. Es de verdad misteriosa. Al fondo se oyen los grillos. Le gritamos al eco. En el río encontramos un tesoro que pescamos con un palo.
Andres se relaja al sol. Yo también lo hago por segundos que me saben a gloria. Este tiempo de relax vale por toda la semana de trabajo y agite. Mi esposo dice que hacemos la memoria. La memoria de los niños y la nuestra. Para los niños tiene un sentido aún mayor, porque quién sabe qué y cómo se acomode en el cuerpo y se organice como recuerdo. Es hermosa esta oportunidad de hacer huella en la vida de un hijo... Por eso ahora los sábados y los domingos albergan ese secreto compartido de "hacer familia" en todo lo que inventamos. Salimos muy temprano ¡y comienza la aventura!. Por eso será también que ahora Daniel le ha agarrado gusto a esos maratones y apenas entra en el carro pregunta con su dulce vocecita "¿Y ahora qué hacemos?" como para asegurarse de que sí, ahora viene otra de esas nuestras aventuras familiares que hacen de su domingo un día especial.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hola Madre
Qué bello esto que escribes.
Qué necesario ese espacio físico y psicológico para nuestros niños de hoy tan llenos de cemento y "no toques", "no corras", "ahora no"
Tu esposo sabe lño que es vivir en un parque como ese toda la semana, y tú seguro también y por eso nuestras memorias están allí, llenas de aventuras, teatro, imaginación, espacio y mucha libertad.
Los felicito como familia por el maratón, vale la pena. En Caracas mucha gente le huye a esos espacios por sectarismo.... o por miedo al gentío, ustedes tiene la capacidad de convertirlo en un espacio muy especial y de alguna manera privado.

1:02 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Muy lindo tu blog, Sonia, me llegó al corazón y los ojos se me hicieron agua, no habia tenido tiempo de leerlo, y lo leo ahora, hoy, que me siento un poco mas sensible que cualquier dia de la semana.
Se que deseaste mucho el hecho de ser Mamá y te veo como una mamá feliz y agradecida con la vida.
Gracias por compartir todos estos sentimientos tan bellos, ya que uno puede verse reflejado en algunos de ellos .
Un beso, Fabiola.

9:33 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Gracias Sonia.

Me entraron ganas de ser madre.

Un beso.







rubén.

9:34 a. m.  

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