20.11.06

Al dente.














Hace mucho tiempo que no almuerzo debidamente. Para ser exactos, hace al menos dos años y medio que no como "como es", o sea: concentrada en los alimentos, con la serenidad necesaria como para que la comida se asiente en el estómago sin la fulana gastritis, sin levantarme del asiento para limpiar-atender-o alimentar a otros. Más bien, ahora doy por terminada mi comida cuando voy como por la mitad de un almuerzo, tengo una destreza increíble para pinchar mi comida y la de otros, al mismo tiempo que cuento tal vez una historia inventada al momento y consuelo con un chupón al más pequeño. Pero nada comparado con las salidas con niños pequeños a comer fuera de casa. Ese día nos terminamos de graduar en el oficio de "ser padres" por todo lo alto.
Este domingo mi esposo y yo estábamos en ese agite, cuando miramos alrededor y se escuchaban las mismas frases en el ambiente. "No agarres el cuchillo que es peligroso", "Quédate tranquilo fulanito", "No juegues con la comida", "Ven a sentarte y no molestes al vecino" "Límpiate la boca". Nos echamos a reir y pensamos en lo ridículo que parecía todo. Empeñados en comer organizadamente, como parece que tendría que hacerse en la calle y frente a otros. Con el plato a medias, atragantados y atorados, mientras cargábamos a uno y regañábamos al otro transcurrió nuestro almuerzo. Al terminar, mi esposo hizo un puchero y se lamentó de lo poco de nada que le supo la rica comida que habíamos hecho. Y es que tampoco se puede dejar al loco bajito suelto que haga desastres con la comida del vecino. Ni modo. Hay que comer sin comer hasta que crezcan...digo.
Y yo que hace años, cuando aún no tenía niños decía al ver a otras madres en esto de "dejar de comer para alimentar a la cría": -¿Yo? ¡Jamás! Primero muerta. Cuando tenga un hijo primero como yo y luego lo alimento, porque no voy a poder nuuuuunca con eso. ¡Con lo hambrienta que yo soy!- Y ya ven. Por la boca muere el pez...

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Me encanta leer tu blog porque me hace revivir miles de cosas que experimenté con mis hijos y que desgraciadamente, o por fortuna, se olvidan!
Definitivamente la experiencia de ser madre es algo único!
Lo que escribiste sobre la barriga fue lo máximo. Nada como tener una barriga que lo acompaña a uno a todos lados!!!!! y no da tanto trabajo! Beso,
MD

12:33 p. m.  
Blogger un tordo said...

el otro día yo vi a ese niñito cenando cotufas y cocacola con su papá en el trasnocho!!
Sonia, qué hermoso espacio de escritura tienes, qué linda sorpresa toparme contigo en este no-lugar.
sobre lo que cuentas, mi suegra siempre me "consolaba" con uno de su refranero: "mija, desde que parí, ni limpia ni harta me vi"
un abrazo,
Eleonora.

8:58 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

¿y qué ocurre con el tiempo para ir al baño? Además de que no como con calma desde hace cuatro años, llevo un tiempo igual sin ir al baño con la paz necesaria...Estoy segura que esa carencia (como otras) son características de la maternidad. Y también puedo apostar que se ven compensadas con muchísimas cosas hermosas que a veces nos cuesta ver.

8:48 a. m.  

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