26.11.06

Haciendo los domingos



La pregunta de hoy es: ¿cómo hago para que la miel -además de la leche- fluya en la dirección correcta, llegue a mi hijo, lo impregne y le haga ver la luna y las estrellas y las gotas de rocío y el señor que limpia la calle y nos saluda y la emoción de ver un amanecer y la alegría simple de correr por un prado y contar cocos y comer helados e ir al teatro y jugar con los títeres y sentir-sentir-sentir un beso mojado con algo de dulce pegajoso?

Todos los días lo intento, pero todos los días también debo correr para ponerle las medias a mi hijo y que se cepille los dientes y se tome las medicinas. Anoche Daniel soñó que yo era un robot, fue una pesadilla para él y yo me sentí muy mal. ¿Cómo hago entonces para ser madre y no parecer un robot a veces?

Pero hoy es domingo y estábamos "haciéndolo". Terminamos agotados. Hicimos de todo un poco. Daniel se levantó con la preguntita de "¿y ahora a dónde vamos?" y no pudimos decir "a ninguna parte" como hubiéramos querido, sino que nos fuimos al cine, a pasear a la plaza, a comer helado. Terminamos comiendo sushi detrás de las orejas, limpiando un pañal de pupú debajo de una mata, cambiando pantalones mojados en una feria de comida, paseando adentro de una iglesia para no enloquecer y al final, terminamos perdidos -y gracias a un celular, encontrados y rescatados- en un centro comercial. Así es la tarea de hacer los domingos.

Pero cuando mi hijo, al comprar un helado hizo sonar la alcancía que tenía el heladero en su carrito y le dijo "hay mucha plata" y a la pregunta del señor heladero de "¿para qué sirve?" él contestó con mucha firmeza "para comprar helado y otras cosas" con su vocecita de dos años y medio... yo me sonreí aterrada porque sí, mi hijo ya sabe cómo funcionan las cosas en el mundo y entonces surgió la pregunta nuevamente en mi interior...de si estaríamos dándole suficiente miel, digo, para que amara y sintiera por su peso, desde su peso, las cosas en el mundo. En fin. Preguntas de madre que se hacen también los domingos en los ratos de "ocio".

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

que graciosa.....
lo del robot
a veces hay que ser menos obsesiva, no se sale el domingo, se hace un picnik abajo en el jardín del edificio.
Alquilas una peli, con almohadas en el piso, bowl de cotufas, helados en la nevera. Un cuento nuevo.
o lo vistes en el carro etc.
tómatela con calma o terminan todos locos odiando los domingos!!!!
No le falta a ninguno de ellos, ni familia, ni infancia, ni ambrosía!!!!
o descansas un poco o terminas en robot y papi...... tan tranquilo!!!!

2:26 p. m.  
Blogger Unknown said...

Gracias por todos tus comentarios...eres algo asi como "mi unica y fiel lectora". Jajaja. Pero gracias por tus palabras. Tienes razón con lo que dices, es que tengo el síndrome de "mamá doña perfecta". No te creas, estoy trabajando en eso desde hace tiempo, pero ni modo, está algo "pegado" a mi estructura. En fin. Pero este blog me está sirviendo para sanar algunas cosas, así que eso de la perfección es también tema para otro día. ¡Gracias!

12:59 p. m.  

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