27.1.07

Ángel en guardia

Uno escucha frecuentemente eso de "cuidado con los accidentes del hogar" o "el peligro está donde menos te lo esperas", pero el cerebro de un adulto adulto no basta para suponer todas las complejas maneras en las que un niño de dos años puede ponerse en peligro... Ayer vivimos una explosión inesperada. Estuvimos a punto de... a un paso de... a un "porque Dios no quiso". Y es que después de eso uno tiene casi la certeza de que un ángel los custodia (cuando la diligencia de nuestras manos no llega a tiempo, cuando nos distraemos y no estamos allí para retirarlos del Peligro, cuando nos confiamos demasiado o cuando no somos padres todopoderosos, sino padres al fin y al cabo, humanos e indefensos también).
Mientras mis padres nos hacian una visita, luego de cenar, sentados en la mesa, hablando de tonterías, mi hijo Daniel se paró de la mesa y se puso a jugar. Entró a nuestro cuarto donde hay un gran televisor sobre una cómoda, se puso a "arreglarlo" y cataplán.
Se escuchó un estruendo que no podría describir. Una explosión como de guerra. Un sonido aterrador que nunca había escuchado. Nos levantamos gritando su nombre pero Daniel no respondía. Segundos que me parecieron eternos, vividos en cámara lenta, sin saber cuál es la realidad y cuál la fantasía, gritando aterrada y a la espera de algo muy aterrador... El apareció por el borde de la pared blanco como un papel, temblando y sin un razguño...y a mi se me puso el cuerpo como gelatina cuando ví en el cuarto el gran televisor hecho literalmente añicos en el suelo. No quedó ni rastro de lo que alguna vez fuera ese aparato.

¿Y si hubiera estado delante? ¿Y si algún vidrio lo hubiera cortado? ¿Y si...?¿Y si...? nos preguntábamos mientras recogíamos los vidrios, y poco a poco nos llevábamos el cadáver de la tv a colores, por partes, poco a poco, pues el peso descomunal de un televisor sigue siendo el mismo cuando se rompe, aunque lo que quede de él sean pedacitos minúsculos.
En fin, que este escrito sirva para reflexionar sobre la trillada frase de "los peligros del hogar" y sobre cómo podemos ser más precabidos poniendo nuestra imaginación a correr para preveer accidentes en el hogar, en la calle, en el Centro Comercial. No es cosa de ponerse paranóico, pero sí de no confiarse. Cada padre o madre tendrá sus muchos cuentos y seguramente si les preguntamos a los nuestros también nosotros tenemos nuestro cuento del día en que un ángel "en guardia" bajó y vino a cuidarnos.

4 Comments:

Blogger Carlos Eduardo Fuenmayor said...

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9:25 a. m.  
Blogger Carlos Eduardo Fuenmayor said...

ME GUSTA TU BLOG SONIA
UN ABRAZO A LOS CUATRO

Carlos Fuenmayor

9:32 a. m.  
Blogger La Gata Insomne said...

Guaoooo
Sonia qué susto tan horrible
Pobre Daniel, pobres todos!!!!
lo de los segundos.... lo he vivido taaaaantas veces que no te quiero contar, para no ponernos peor.

Un recuerdo de infancia, terriblemente cierto.
En el cuatomotorhomedetodounpococonbacinillay
Carmiñaincluíday More a los 6 años en cuna, conclaraboya
ya sabes
había un escaparate viejito pintado miles de veces, como sabiamente hacía nuestra abuelita. Imagína como estaba si tenía que guardar ropa de 4. Tenía 2 puertas, una con gavetas y unos tramos y la otra abierta con tubo para colgar el ropero amuñuñado (hasta 7 pantalones por percha)
Esta gata trepadora se montó a buscar algo en la parte de arriba, y tuve la suerte de elegir el lado de colgar, que tenía un estante bajo, pero lo suficiente para alzarme hasta arriba (tendría 6 o 7 años), no llevaba ni 3 segundos jurungando el tope que no llegaba a ver, cuando me viene abajo con el escaparate!!!!!
Y aunque no lo creas debo haber adoptado en el trayecto una forma que permitió que quedara embutida dentro de ese cuadrado, y como todo estaba comprimido en el cuarto, no aterrizamos directamente en el piso
sino que una buena parte del paquete que me incluia fue a dara una de las camas morochas.

Creo que ese Ángel debe habe sido de la misma familia del de Daniel

Besos a los 4

Ena la gata trepadora y memoriosa
(ahora que lo pienso, como gata ya he gastado unas cuantas de mis vidas, espero que me queden otras más para seguir.

1:44 a. m.  
Blogger Maria D. Torres said...

!Qué susto!
A uno de mis chamos le pasó algo parecido con la puerta de vidrio de la ducha. Desde ese día, solo uso cortinas.
Recuerdo muchas cosas parecidas y tambiém recuerdo la oración que me hacía rezar mi nana todas las noches.
Enséñasela a Daniel, y luego a Andrés:
Ángel de la guarda,
dulce compañía,
no me desampares
ni de noche ni de día.

Un buen mantra para grandes y chicos, dentro y fuera del hogar.
Besos

11:42 p. m.  

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