16.1.07

Viaje con niño a bordo.

Antes de comenzar el año y sin mucho planificar, resultó que a esta madrequetodoloda le salieron unas super vacaciones en Margarita. Nada mal para alguien que no tenía previsto moverse de su casa. Pero como Daniel y su papá iban a Suecia -tierras demasiado frías y lejanas para un bebé de seis meses como Andrés- yo debía quedarme en Venezuela. Y la verdad que quedarme, lo que se dice quedarme, no se me antojaba en un apartamento grande y solitario. Así que quiso la suerte que Manana y su combo me recibieran en la Isla de Margarita con todo y paquete de niño enrollado en su guiso. Me sentí afortunada de ser recibida con alborozo cargando semejante maleta -pues sí, aunque intenté viajar ligera de equipaje y no llevé ni la bañera ni el portabebé ni muchas otras cosas que parecen indispensables, terminé igualito con una maletota-. Todos estaban felices de mi llegada porque Andrés ¡mi rico Andrés! era la estrella del campeonato.
Será que soy mamá por segunda vez, pero este viaje fue super relajante, con niño incluído. Como tengo dos, estar con uno nada más era como estar con casi ninguno. Pude ademas disfrutarlo a lo grande, ya que desde que nació nunca fue el primero y siempre hemos estado ocupados en antender a dos y no a uno, como bien se lo merece. Así que lo apurruñé, lo abracé cuanto pude, lo besé y lo besuqueé. Dormíamos abrazados aunque sé que eso-no-se-hace, pero yo lo hice porque me dió la gana y estabamos escapados de vacaciones. La tia Tanza, los primos y la tia Carmen Elena fueron madres a lo grande, y lo cargaron también y lo amapucharon también, mientras yo disfrutaba de bañarme como si no tuviera hijos ni nadie a quién cuidar. Por momentos me sentí en la India, en China, en el Mar Muerto o en alguna costa mexicana. Y es que siendo madre por segunda vez he aprendido a aprovechar el instante de súbita felicidad que depara el "dejarse llevar" por el río de la vida. Viajé sin planificar un día, un minuto, un segundo y aproveché cada momento de mi viaje porque todo, absolutamente todo, era inesperado. Lo mejor de mi viaje fue que llegué "llena de amapuches": pude oler, tocar, rastrear y jurungar a Andrés hasta cansarme, sin tiempo ni lugar. Y además, llena de agradecimiento por lo bien tratada que fui por todos por allá... ¡Gracias Carmen Elena! ¡Gracias Tanza! ¡Gracias niños! ¡Gracias Manana!

1 Comments:

Blogger La Gata Insomne said...

Ayyyyyy
que lindo, verdad que Andrés se merecía una porción extra de mami, de teta, de tías, tíos, primos, mar!!!!y una mamá menos ocupada (esto casi es un chiste).
Gracias les doy yo a ti y a Andrés por haber estado aquí, y haber compartido tantos ricos momentos.
Ese gordo es DEMASIADO!!!
yo le dije en secreto que tenía que reclamar su fotico en este blog, y como que me escuchó y así lo hizo.
Él no habla con palabras como Daniel pero es DEMASIADO!!! expresivo, querido, simpático,avispado,sangre-liviana, inteligente y AMOROSO!!!!

Los extraño mucho mucho
Un beso de su tía Ena y un ratico para que se chupe mi cuerdita del teléfono!!!

12:16 a. m.  

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