Mamá: ¿los carros llegan a la Navidad?

El otro día Daniel me sorprendió con esta extraña pregunta: "Mamá: ¿los carros llegan a la Navidad?". Le dije que no lo entendía y él repitió exactamente la misma pregunta varias veces. En eso estuvimos un rato, hasta que le dije que me disculpara mucho, pero que no entendía qué era lo que quería preguntar. Cansado de no ser entendido suspiró y me dijo: "Bueno mamá, entonces... ¿las personas llegan a la Navidad caminando?"
"Ah -repliqué- ¿lo que tu quieres saber es CÓMO se llega a la Navidad?"
"Si, mamá. ¿Cómo... en carro o caminando?"
(¡Uff! ¡Qué complicación! -me dije- Empezamos con los cómos y los por qués y esta vez hay que explicar el "En busca del tiempo perdido" de Proust, pero simple y con hayaca y pan de jamón)
Como pude le expliqué que a la Navidad se llegaba con paciencia y que faltaban muchos muchos días para que llegara y que aunque fuera difícil de entender no se llegaba ni en carro ni caminando... sino con el tiempo. Pero me enredé toda cuando cerré con "y en Navidad nos iremos a la casa de la tía Estrella en los Castores" y él preguntó "¿y cómo? y yo le dije "en carro" y él dijo "ah...¿entonces la tía Estrella es la Navidad?" y yo le dije "no, la tía Estrella es la tía Estrella y la Navidad es la Navidad" y cambié de conversación porque si la tía Estrella era la Navidad, entonces sí... resulta que según la lógica infantil ¡los carros sí llegaban a la Navidad!