4.12.07

Domingo de parto...


Me despierto con un país nuevo. Como dijo mi mamá, "esta votación fue un parto", y no precisamente sin dolor. Nos tuvieron en ascuas hasta la madrugada, pegados al televisor, a los centros de votación, a las papeletas, a las actas, al sueño que nos vencía, a los nervios, a un ansia acumulada durante nueve años... en fin, nos tuvieron allí sin que supiéramos realmente qué estaba pasando (y por lo visto, pasaron muchas cosas en esas horas que no supimos, y el país estuvo cerca -cerquísima-de un golpe de estado, en el precipicio de una violencia sin límites). Pero estábamos ahí, a la espera y en el limbo, luego de un largo día que nos recordaba otros largos días a la espera de falsas esperanzas (como una novia a la que han dejado muchas veces y ya no sabe si debe alegrarse ante una cita, o más bien ponerse triste). Yo simplemente no quería sentir. Fui a votar como si no me estuviera jugando el país con ese voto, y aunque me puse triste con las colas semi vacías (¿pero dónde están todos que no entiendo?), alejé mis "sentires" y con mi dedo entintado, fui a casa. Traté de no sentir el resto del día, de no pensar, de no albergar falsas esperanzas, pero a una cierta hora no pude más y prendí la tele... y ya no pude despegarme.
Ahora que todo ha pasado, que ganamos "por un tris" (aunque no sepamos nunca realmente las cifras verdaderas), que seguimos en democracia, en libertad -con Chávez aún pero de alguna manera sin él-, estamos como quien dice "aprendiendo de lo sucedido". ¡Y de qué manera! ¡Cuánto! ¡Tanto! ¡Cómo! que se me arremolina el sentir (ahora si, sin tapujos ni diques) porque sí soy ciudadana, sí tengo mucho que dar a mi país, sí soy responsable de su política, sí tengo vela en este entierro... Y para terminar, transcribo parte de lo que mi hermana escribió en un email que envió a sus amigos cercanos y que resume lo que siento.
"Hemos aprendido a valorar una democracia que dábamos por sentada, que pensábamos que nos merecíamos de gratis, que no había que construir ni mejorar: estaba allí al levantarse y al acostarse, y de ella se ocupaban otros. Hemos aprendido que los caminos no siempre son los más fáciles, ni los más directos. Hemos recibido una lección de vida de los estudiantes, razón de más para estar contentos porque hay una generación de relevo. Hemos visto como muchos de nuestros amigos más cercanos han sido activos protagonistas de lo que ocurre, y de ello estamos orgullosos. Aquellos que quisiéramos hacer más y no podemos, lo agradeceremos siempre, y así se lo haremos saber a nuestros hijos." Porque sí, ya que este blog trata de los hijos... esto es lo que me tiene más contenta: que habrá un país para nuestros hijos...

4 Comments:

Blogger Maria D. Torres said...

Ciertamente, el país es para nuestros hijos. Es por eso que debemos trasmitirle lo aprendido, que la democracia no se cuida sola, que debemos alimentarla y cuidarla todos.
Que no podemos quejarnos de lo que nos pasa, si no intervenimos en crear nuestros destinos. Que nada es regalado y que nada es para siempre.
Por ahora, y como dijo Wil en su caricatura de hoy, Feliz NOvidad.
Besos

11:04 p. m.  
Blogger Maria D. Torres said...

Fe de Erratas....
Debemos trasmitirles....
Weil en s caricatura

11:04 p. m.  
Blogger Carlos Eduardo Fuenmayor said...

Si amiga que alegria
ya si se puede soñar con un pais mejor´
****************************
UN ABRAZO

1:35 a. m.  
Blogger La Gata Insomne said...

Ains!!!!
yo me jacto de haberles bajado l esperanza al subsuelo
no me vas a decir que ese lento tornarse los resultados no te devolvió la vida????
que a que sí!!!!!

en fin como dices, para nuestros hijos, algunos nada niños y para nosotros que también lo merecemos

y a hacer hallacas

besos a mi ratón Perez en la olla

8:32 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home