30.4.07

La ruleta rusa.

Este fin de semana murieron dos niños: el primo y el hijo de una amiga en un trágico accidente al bajar a la Guaria. Una gandola perdió los frenos y se llevó una cantidad de carros, entre ellos el carro de mi amiga lleno de niños. Un día antes nos encontrábamos tranquilamente cortándole el pelo a nuestros hijos en una peluquería infantil. Conversamos cosas de madres de dos varones. Ella con los suyos, yo con los mios. Ambas bajaríamos a la Guaria a descansar. Ella el viernes con los suyos, nosotros el sábado con los nuestros. A ella le tocó la ruleta rusa. A mi no.
Al enterarme el domingo de toda esta trágica y terrible historia, me quedé embotada de dolor, pero lo primero que pensé -¡que terriblemente egoísta es el amor a los nuestros!- fue que gracias a Dios no me había pasado a mi, ni a mi hermana que iba a bajar a la Guaria con sus niños ese mismo viernes, ni a mi papá ni a mi mamá que estaban en camino de bajar. Corrí a abrazar a mis dos niños y me quedé así, por un rato, como sin los sentidos puestos, sólo con el gracias a Dios rondando en mi cabeza. Aún sigo en ese estado de embotamiento, porque no hago sino preguntarme y volverme a preguntar que cómo hace una madre para armarse de valor y seguir con vida cuando un hijo suyo está así, de pronto y sin aviso, tráficamente muerto. No lo sé, la verdad que no... Ojalá Dios le de la fuerza para seguir y estar en pie, porque aún es madre de otros dos niños. Ojalá... Por otra parte no sé qué otra cosa hacer con este dolor, sino compartirlo con otras madres.

24.4.07

¿Quién vive ahí?

Los días se suceden rápidos y vertiginosos. Hace casi un mes que no escribo en mi blog, y definitivamente, a veces es difícil compaginar los hijos con el trabajo, la casa, el marido... ¿y dónde es que quedaba yo, quiero decir, el camino a mi alma?
En este mes: Daniel se cayó estrepitosamente, se aflojó los dientes y se le inflamó la boca que daba lástima, todo acompañado de la consabida visita al odontopediatra. Andrés se enfermó, le mandaron antibióticos, se volvió a enfermar, le volvieron a mandar antibóticos -con su ida y vuelta al pediatra recipes en mano, ida y vuelta a la farmacia a comprar medicinas-. Tres días de diarrea general para ejercitarnos con la buena alimentación y las idas al baño. Tres fiestas de cumpleaños familiares regalo en mano, preparando algún dulce o algo de comer. El estreno de una obra que me puso los pelos de punta por un buen tiempo... y nada: investigar un montón y escribir y reescribir algo así como veinte cuartillas para algo muy parecido a un trabajo de grado...¡nooo! ¡Nada! ¿Quién dijo que ser mamá y trabajar al mismo tiempo era tarea fácil?
Lo peor es cuando una comienza a desdibujarse, a fuerza de andar con el piloto automático encendido. Los días van, vienen, van, y hay alguien ahí abajo que se llamaba como una. Toc-toc. ¿Quién vive ahí?. El camino para volverme a encontrar no es tan fácil. Supongo que será más difícil a medida que pasen los años, asi que... aunque parezca una tarea titánica, será cosa de ponerme ahora mismo. ¿Y cómo comienzo? No sé, pero comenzar por la superficie parece más sencillo. El otro día me permití unos minutos en el sauna y allí entre sudores, me encontré con algunos pedazos. Ya irán saliendo. Por lo menos sé lo que estoy buscando.