Ángel en guardia

Mientras mis padres nos hacian una visita, luego de cenar, sentados en la mesa, hablando de tonterías, mi hijo Daniel se paró de la mesa y se puso a jugar. Entró a nuestro cuarto donde hay un gran televisor sobre una cómoda, se puso a "arreglarlo" y cataplán.
Se escuchó un estruendo que no podría describir. Una explosión como de guerra. Un sonido aterrador que nunca había escuchado. Nos levantamos gritando su nombre pero Daniel no respondía. Segundos que me parecieron eternos, vividos en cámara lenta, sin saber cuál es la realidad y cuál la fantasía, gritando aterrada y a la espera de algo muy aterrador... El apareció por el borde de la pared blanco como un papel, temblando y sin un razguño...y a mi se me puso el cuerpo como gelatina cuando ví en el cuarto el gran televisor hecho literalmente añicos en el suelo. No quedó ni rastro de lo que alguna vez fuera ese aparato.

En fin, que este escrito sirva para reflexionar sobre la trillada frase de "los peligros del hogar" y sobre cómo podemos ser más precabidos poniendo nuestra imaginación a correr para preveer accidentes en el hogar, en la calle, en el Centro Comercial. No es cosa de ponerse paranóico, pero sí de no confiarse. Cada padre o madre tendrá sus muchos cuentos y seguramente si les preguntamos a los nuestros también nosotros tenemos nuestro cuento del día en que un ángel "en guardia" bajó y vino a cuidarnos.